Tras los descensos
aparece tu nueva ruta
un desierto en el que estás más solo
que cuando empezaste a navegar.
Nunca debiste haberlo emprendido,
dejaste el lujo a tu espalda
esperando algo mejor.
Puede que confiaras demasiado
en tu brújula desimantada,
señales de guía sigues
por donde la tierra fluya.
Un juicio negro, mientras
Penélope
se clava profunda la desmitificación,
su hacer por hacer para poder deshacer.
Este es tu destino, tu jodida fortuna,
¡aterriza de una vez!
Suelo firme es lo que
ansías,
pero no será en esta vuelta
no será en el primer mundo,
desde luego.
Porque bajo la clave de la llave encontré
los cantos de sirena de la Odisea.
Después de que un destino
cruel
cegara a tus propios dioses,
los astros se alinearon
y este asalto te han ganado.
Zarandeado te sientes
por las altas pasiones,
de los que buscan en la tierra
un reflejo…
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