Porque todos los monstruos somos, en el fondo, románticos
«Yo sabía que había un tigre debajo de la cama, un orangután en el armario y una araña gigante dentro de un zapato. Te amaba tanto que para que durmieras tranquila me levantaba por las noches y les daba de comer al tigre, al orangután y a la araña».
José Sbarra
Quizás es que estoy triste y entre el silencio te llegó mi escombro.
El Word abre despacio y las ideas se desmoronan en un polvillo suave; un polvillo doméstico de maderas de barcos y hojas de novela que acompasan a mis tiempos sin luz.
Increíblemente, tu boca aparecida llena de heno y de camino el aire, con esa, tu escrupulosa mansedumbre de recopiladora de abalorios en los estantes de las bibliotecas. Incunables del tiempo tus recetas para sobornar peces y convencerlos de vivir en cántaros.
Algo se despierta en mí.
Ese que solamente soy a veces, despereza su…
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